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A catorce meses para las elecciones presidenciales del 2024 no hay aún claridad de comportamiento y conducta tendrán los electores dominicanos al momento de ejercer el sufragio.

Lo único que se percibe con claridad es que la indefinición sobre intención del voto que tiene un importante porcentaje de la población, se debe a que la mayoría de las familias clases media y pobre se están ahogando en un mar de problemas económicos que no les deja espacios mental para pensar en política.

En su momento, los indecisos se decidirán, y es muy probable que lo hagan partiendo de como ande su economía familiar. Si la calidad de vida continua en deterioro en el 2023, entonces en el 2024 habrá cambio de gobierno.

A catorce meses para las elecciones presidenciales del 2024 no hay aún claridad de comportamiento y conducta tendrán los electores dominicanos al momento de ejercer el sufragio. Lo único que se percibe con claridad es que la indefinición sobre intención del voto que tiene un importante porcentaje de la población se debe a que la mayoría de las familias se están ahogando en un mar de problemas económicos que no les deja espacios mental para pensar en política. En su momento los indecisos se decidirán, y es muy probable que lo hagan partiendo de como ande su economía familiar. Si la calidad de vida continua en deterioro en el 2023, entonces en el 2024 habrá cambio de gobierno.
El incremento cotidiano de los precios mientras los salarios se mantienen congelados tiene a las gentes viviendo un incertidumbre. El alcance y efecto de la crisis económica es total, aunque los adinerados mantienen su calidad de vida. La inflación no es excluyente por simpatías partidarias, credos religiosos, género, edades, ni clases sociales.
Un alto porcentaje de los votantes que están sumergidos en un torbellino de preocupaciones y angustias consideran que los problemas nacionales es por incapacidad y falta de voluntad de quienes gobiernan. El PRM vendió un cambio y ahora se la pasa dando excusas mientras el nivel de vida de las gentes se deteriora en forma acelerada.
En la evaluación racional sobre la situación del país que hacen los ciudadanos críticos, el PRM reprueba en la tarea de construir un país con próspera economía, institucionalidad democrática, inclusión social, garantías y derechos ciudadanos propios de un Estado de Bienestar.
Esa conclusión a que arriba la sociedad pensante y crítica, incrementa la anti política y desafección hacia los partidos políticos. Las mayorías de los líderes están desarmados para construir sueños y esperanzas. Inclusive, uno de los posibles candidatos gobernó doce años y al otro se le cae el país encima mientras gobierna sin rumbo ni dirección.
La preocupación arropa la mente humana sin distingo de edad, clases sociales,  géneros, ni credos religiosos, mientras los políticos llevan el proceso persuasivo a una ficción divorciada de los sentimientos y estado emocional de las gentes.
El PRM en vez de persuadir a los votantes de que valió la pena que le dieran el voto, lo que hace es «empuñar la espada de Damocles» para destruir a los partidos adversarios y poner a República Dominicana en la misma ruta en que están otros países del continente, unos sumergidos en el caos y otros en las garras de los tiranos.
La Fuerza del Pueblo cataloga el PLD como «el viejo partido» más sin embargo, no descansan en sonsacar a los viejos dirigentes de esa organización y presentarlos como trofeos.
El PLD se rediseña y reinventa luchando al mismo tiempo con dos adversarios que han pactado destruirle. Para asombro de Luis Abinader y Leonel Fernández, el PLD fue capaz de reestructurarse y escoger una candidatura presidencial sin fracturarse.
Aún, no hay escenario electoral claro que soportes pronósticos con precisión. Los partidos no tienen candidaturas oficializadas y la campaña electoral como proceso persuasivo de marketing ajustado a un calendario en el tiempo, no comienza.
La re-postulación del presidente Luis Abinader no es segura. En el PRM hay sectores poderosos preparan un plan B con David Collado y Carolina Mejía.
Lo que existe en el país es un intenso activismo político que todavía no ha concitado el interés de las mayorías. En la medida en que el candidato del PLD, Abel Martínez logre un nivel de conocimiento que supere el 90 por ciento de la población, el escenario se pondrá más claro.
Cuando la acción prioritaria de quitarse los dirigentes en que están sumergidos el PRM, PLD y FP sea reemplazada por un plan de campaña enfocado en organizar estructuras, atraer electores a las estructuras de campaña y posicionar a los candidatos en el mercado de votantes, entonces podremos hablar de que inició la campaña.
A partir de ese momento, procede elaborar la gráfica o tendencias futuras de simpatías, conductas y comportamientos. Ahora lo único que podemos decir es que cuando las gentes tienen el estómago vacío y el dinero no le alcanza votan en contra de quien esté en el poder. En el gobierno del PRM lo saben, y por eso, están poniendo tantos esfuerzos en destruir a los partidos adversarios, porque un gobierno malo puede quedarse cuando la oposición es frágil y débil.

La acción del gobierno del PRM en contra de la oposición busca neutralizarlos por miedo, y su espada es el Ministerio Público que lleva la agenda de investigación y persecución a funcionarios del pasado utilizando momentos claves para crear opinión pública que les favorezcan y se puedan traducir en intensión de votos a su favor.
En estos momentos la mayoría de la población dominicana está sumergida en la preocupación por el deterioro calidad de vida, otros peligros y amenazas sociales. El gobierno malgasta fortunas en publicidad para pintar una bonanza que no existe en el interior de los hogares. Aunque, el PRM va perdiendo simpatías en comparación con el resultado electoral 2020, en un momento dado puede dar un salto hacia abajo de dos dígitos, parecido a como le sucedió al antiguo PRD, hoy PRM en el 2003.
El estado emocional de la población afectado por la crisis económica, la inseguridad y el temor estimula a que las personas se desinteresen por el momento de las propuestas electorales. El gobierno apuesta a utilizar todo lo que esté a su alcance para mantener a la oposición débil.

El liderazgo opositor ya tomó con claridad la seña del oficialismo, y, por tanto, las luchas políticas electorales pudieran pasar a un plano en que se altere la paz pública y armonía social, parecido a estadios vividos en los años 90 del siglo XX.
La indiferencia social hacia el tema electoral, es algo que muchos de los que están en las cimas partidarias no entienden y eso dificulta sincronizar la acción en inteligencias de Marketing, aunque los consultores hagamos las sugerencias.

Aunque las gentes votan por el estómago, la oposición debe ser más decidida y proactiva si desea un cambio a su favor en el 2024.