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La campaña electoral es una de las organizaciones más compleja. Diseñarla, montarla y lograr que marche calibrada en la meta de ganar, es un reto grande.

El primer paso para lograr ese propósito es generar una lluvia de ideas que nos ayuden en la identificación de los valores, visión y misión.

A todas las personas, como reflexiona Roger Dooley en su libro Brainfluence –100 formas de convencer y persuadir a través del neuromarketing, “nos gusta pensar que hay buenas razones para lo que hacemos y que nuestras decisiones son el resultado de un proceso deliberativo consciente”. Es necesario conocer los valores, la visión y la misión del liderazgo, candidato o producto, como también de los integrantes de la organización.

En una campaña electoral, como en cualquier organización, lo primero que debemos buscar, es que todos sus integrantes se enamoren de ella, y para conseguirlo, la ruta más eficaz, es encuadrar la comunicación en las expectativas. Identificamos el conjunto de ideas y creencias que hagan de la campaña un proceso sustentable.

Las personas siguen a los candidatos en las campañas electorales, básicamente por dos razones: La primera es que ven su elección como una oportunidad para ellos como seguidores, sus familias y sus comunidades, avanzar y progresar; la segunda es que les atrae la naturaleza humana y la forma de ser del liderazgo.

En la medida en que somos objetivos en la identificación de las motivaciones y formas de pensar del producto y de sus colaboradores, estamos obteniendo las ideas, sentimientos y emociones para crear el sueño, el compromiso en doble dirección que es necesario para alcanzar los propósitos.

El éxito de la campaña electoral depende de la implementación de un clima de cooperación o gestión solidaria, previa identificación de las ideas compartidas. La calidad, inspiración y compromiso con los propósitos de los integrantes de la organización, es fundamental para el éxito.

He percibido que, por lo general, en el interior de las campañas electorales, reina una cultura de confrontación, pugnas, egos y desconfianza. Vencer esa atmósfera de pensamientos y conductas, debe ser el primer reto del producto y los gerentes del proceso. Los directivos de las campañas, no se dan cuenta, como reflexiona John P. Kotter en su libro La verdadera labor de un líder, “de que lo que tienen que hacer no es organizar a la gente sino alinearla con un fin”.

En el proceso de alineamiento de las personas que integran los equipos con el fin de la campaña y el liderazgo, debemos incluir mensajes para cambiar la mentalidad de los quejosos. Sin dejar entrever que se dirigen a alguien en particular, es necesario orientar sobre el daño que hace a una organización el hecho de que en puestos de dirección y coordinación estén personas quejosas, a quienes todo les genera críticas destructivas, que todo le hiede y nada le huele. Evitar la queja, ya sea ociosa, esporádica, deportiva o viciosa. Crear las condiciones, orientar y estimular al colectivo para que prolifere una mente productiva y proactiva que no tenga tiempo para quejarse.

El proceso de encauzamiento de la campaña sirve de zapata para la motivación. Hay una diversidad de teorías sobre la motivación que es importante apelar a ellas para lograr articular una organización que funcione con estándares excelentes.

Las campañas electorales se derrumban y en otros casos no crecen en captación de adeptos, porque sus promotores no implementan técnicas, herramientas y pautas de motivación.

· ¿Qué motivaría a los jóvenes para que quieran ser parte de este proyecto?

· ¿Qué motivaría a las mujeres para que se interesen en ser parte de esta organización?

· ¿Qué motivaría a los profesionales para que hagan causa común con nosotros?

· ¿Qué motivaría a los comerciantes y empresarios para que den financiamiento?

· ¿Qué motivaría a los líderes comunitarios, sociales, deportivos y religiosos a que hagan causa común con nosotros?

Las anteriores son preguntas que debemos formularnos y buscar las respuestas

en talleres con representantes de segmentos, sectores y nichos del mercado electoral, es la clave para hacer una campaña electoral montada en terreno firme y calibrada con precisión en las expectativas y deseos de las gentes.