Seleccionar página

La crisis política, económica y social sacude a Venezuela es compleja y cada vez se percibe más difícil una solución por vía pacífica y diplomática. El escollo mayor para una salida a la crisis está, por un lado, en que Nicolás Maduro no admite que perdió las elecciones, y por otro lado, en que el dictador tiene déficit de inteligencia racional y sabiduría. Su perfil avasallante, arbitrario, prepotente y deshumanizado no le permite recibir consejos nisiquiera de sus colegas amigos. 

Los presidentes Andrés López Obrador, Lula Da Silva y Gustavo Petro, los tres juntos, pudieran ser los únicos con posibilidad para influir en Nicolás Maduro. Vladimir Putin sabe que Nicolás Maduro perdió las elecciones y por eso le dijo que es bienvenido en Rusia, mensaje que el dictador venezolano no pudo entender.

Complica más la salida de la crisis el hecho de que haya ausencia de actores nacionales e internacionales que sean aceptados por ambos bandos y que sirvan de puente para el diálogo. Por eso, el tiempo camina y la temperatura sube. La oposición estará luchando hasta lograr que Nicolás Maduro caiga.

Maria Corina Machado y Edmundo González están recibiendo respaldo moral en todos los países  democráticos lo que se traduce energía emocional para luchar hasta el final. Los lideres de la oposición Corina Machado y Edmundo González ya son héroes, símbolos de la democracia, sin haber aún llegado al poder, mientras que Nicolás Maduro se está convirtiendo en uno de los seres más odiados de la tierra, y de seguir esa ofensiva en su contra en los medios de comunicación y las redes sociales, llegará un momento en que no será bienvenido nisiquiera en Rusia, ni Cuba.

Las perspectivas son que las protestas serán cada vez más multitudinarias, porque no se trata sólo de una lucha por la libertad, es una lucha por la vida puesto que la hambruna crece, y con la crisis crecerá más lo que hará que Nicolás Maduro vaya perdiendo adeptos. El contexto internacional cada día que transcurre se pone más favorable para el desplome de la dictadura chavista.

Ahora Maduro está siendo acusado también de destruir el legado de Hugo Chávez y enviarlo al zafacón de la historia. El hecho de que estén tumbando las estatuas de Chávez tanto en territorio venezolano, como en el extranjero, es algo que le duele mucho a los chavistas y les irá poniendo en contra de Nicolás Maduro: «el ídolo es Hugo Chávez, mientras Nicolás Maduro está quedando como el incompetente que no se pudo calzar las botas del comandante. En el oficialismo no hay maduristas, hay chavistas».

El hecho de que la lista de países que han declarado a Edmundo González como ganador de las elecciones se incremente cada día, lleva al gobierno de Nicolás Maduro a la ilegitimidad con ilegalidad. Las pocas industrias que hay en Venezuela, igual que el comercio, pronto estarán en quiebra como consecuencia de la parálisis por las protestas y el chavismo se irá debilitando gradualmente. 

El proceso pudiera devenir en una rebelión dentro del propio chavismo en contra de Nicolás Maduro. El dictador sabe que lo están acorralando y no puede demostrar su triunfo en buena lid. Aún así, está aferrado al poder como si fuera un asunto de honor. No admite ni acepta que la mayoría de los venezolanos no lo quieren. 

Las señales que da Nicolás Maduro es que está dispuesto a llegar hasta el final. La represión a los manifestantes y encarcelamientos a los opositores tomarán más intensidad lo que obligará a la comunidad internacional a planear, en los próximos días la intervención a Venezuela, si es que ya no lo están haciendo. 

Los Estados Unidos está dispuesto a tumbar a Nicolás Maduro. Las señales indican que ya eso lo que está en agenda. Si los militares ven que habrá intervención, entonces pudieran sentirse estimulados a dar un golpe de Estado.

Todo parece indicar que en esta semana próxima se hablará de intervenir a Venezuela y esto meterá en miedo a parte de la estructura militar en que se apoya la dictadura. Los militares comenzarán a pensar que Nicolás Maduro puede montarse en avión y abandonar a Venezuela, pero ellos no, tendrán que seguir ahí.

Nicolás Maduro estará cada día más sólo y eso lo hace más peligroso. Con su conducta está dejando entrever que prefiere la muerte ante que entregar el poder.

La República Dominicana se ha manejado correctamente con respecto a la crisis de Venezuela. Frente a la crisis venezolana no debe existir neutralidad, se está a favor de la democracia o a favor de la dictadura.

Con elegancia la cancillería de la República Dominicana y el propio presidente Luís Abinader pidieron escrutinio transparente, y eso no era motivo para que Nicolás Maduro reaccionara rompiendo relaciones diplomáticas y suspendiendo el tráfico aéreo entre las dos naciones.

Maduro intolerante a las sugerencias y las críticas, aunque sean respetuosas, y parte del negativismo que tiene en el mundo se lo ha ganado con sus ofensas. 

La República Dominicana padece las consecuencias del colapso de la democracia y la economía en Venezuela. La cifra de venezolanos que estamos albergando es alta. Por tanto, esa ofensa de Nicolás Maduro a la República Dominicana es un desprecio a sus propias gentes.

Nicolás Maduro debe pedir disculpas a la República Dominicana, pero no lo hará, porque su ADN, su naturaleza y patología es como un tractor que avanza pisoteando, arrastrando y destruyendo.

El manejo abrupto de Maduro para con República Dominicana es un indicador claro de que su estado mental y emocional no es competente para dirigir una Nación democrática.