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El ciclo de la bonanza y el crecimiento económico en República Dominicana, está cerrando. Pronto en República Dominicana habrá que comenzar a desmontar el diseño de Estado vigente, porque es insostenible.

Habrá que suprimir varios ministerios y direcciones generales.

Habrá que buscar la forma de evitar que la matricula congresional siga en aumento.

Habrá que evitar creación de nuevos municipios y distritos municipales.

Habrá que reducir la nómina pública. Con menos personal el nuevo Estado deberá ser más eficiente de lo que es hoy.

Habrá que comenzar a quitar subsidios a sectores privilegiados de la economía.

Habrá que revisar las pensiones y jubilaciones. 

¿Cómo es posible que un profesional joven por el hecho de haber sido miembro de una alta corte salga con una pensión de por vida de más de 300 o 400 mil pesos mensuales en una país donde los médicos, policías, guardias y maestros ganan salarios básicos inferior a 30 mil pesos?

El Estado Dominicano que tenemos hoy es un diseño hecho en una época de bonanza que si lo analizamos con sensibilidad y solidaridad social, debemos admitir que es una retranca al desarrollo y una estafa a los más necesitados que son las mayorías. 

El Estado Dominicano deberá ser rediseñado para ajustarlo a la nueva realidad económica. 

Los programas sociales habrá que repensarlos, porque han fomentado una sociedad parasitaria. El dinero se debe entregar a los necesitados, pero a cambio de algo. Cientos de miles de familias viviendo en los campos y no tienen una gallina, una pava, una guinea, una chiva, una puerca, una vaca, una canoa para criar peces, a pesar de tener abundante espacio al frente y detrás de sus casas.

Hay una desaceleracion en el crecimiento económico a nivel mundial. Esa es la gran verdad, pero no se educa a la población, ni se le prepara para que discipline gastos.

En República Dominicana el orden económico y social colapsará pronto.  El proceso de colapso pudo detenerse o postergarse si el presidente Luís Abinader en vez de escoger la filosofía del derroche con dinero prestado, hubiera escogido el camino difícil, pero necesario de la austeridad como lo hizo Joaquín Balaguer a partir 16 agosto de 1986.

A la República Dominicana le espera algo grande y será pronto, y no podrá ser manejado por el grupo gobierna.

¿Qué hará el PRM y su plutocracia socios de narcos y corrupta?

¿Se irán corriendo cuando este pueblo no aguante más miseria y deterioro de la calidad de vida? Tendrán la opción de irse, porque tienen casas y fortunas en el extranjero.

¿Se prestarán los guardias y policías a la tarea de matar a los de sus clases que protestarán por hambre y necesidad?

Lo sucedido en 1984 será poco para lo que viene pronto en República Dominicana. Todo ese dinero que Luís Abinader y el PRM ha tomado prestado y que dispendian alegremente, pronto Habrá que pagarlo. 

Lo que vive Argentina es poco para lo que le espera a la República Dominicana. 

Este es un país que se está quedando sin líderes, hay un deterioro de la institucionalidad, un quiebre en los valores, unos bandidos derrochando dinero tomado prestado para darse la gran vida y socavar la democracia.

Ya no hay partidos políticos. El poder está en manos de un tigueraje que a todo le ha puesto precio y están dispuestos a aplastar y masacrar a todo lo que le presente obstáculos.

Luis Abinader y su círculo íntimo de corruptos, perversos, insensibles sociales y avariciosos pronto desearán que no le toque manejar el poder que con dolo y corrupción pretenden usurpar. Su avaricia de poder lo está llevando al colapso de la institucionalidad democrática, pero ignora que ni él, ni los avariciosos que lo rodean y que se están burlando de este país tienen madera para ser tiranos: «cuando se levanten y se encuentren con una goma incendiada frente a sus casas todos se harán pipí en los pantalones». Que revise la historia e indague la conducta de Salvador Jorge Blanco y sus ancestros. Ahora el problema será mayor y no habrá como frenarlo. Esa vez había un liderazgo: Joaquin Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, y un pueblo que le escuchaba. Ahora las mayorías de barrios están bajo el control del narco. Usted y su partido son los que más conscientes deben estar de ese nuevo control social, porque su régimen lo alimenta. Aquí todas las semanas están matando a policías y militares para robarles las armas de reglamento, mientras que usted Luís Abinader dice que la República Dominicana es un paraíso seguro. 

Espero que el gobierno de los Estados Unidos sepa bien lo que está prohijando, siempre y cuando el plan no sea hacer de República Dominicana un infierno parecido al que vive al pueblo haitiano para que todos nos jodamos juntos».

He dicho.