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Con los mismos actores y haciendo lo mismo, los partidos políticos no podrán frenar la desafección política: Cada día serán más rechazados.

En los años 2020 y 2021 el covid19 desarticuló la economía en el mundo y desestructuró la forma de vida. Ya nada es igual, pero el cambio es mucho más negativo que positivo. Pocas cosas buenas deja el coronavirus, pero los daños son incalculables.

Ahora llega la guerra de Rusia a Ucrania con un efecto devastador, puesto que además de los muertos, heridos, desplazamientos y destrucción material, altera el precio del combustible en el mundo y como resultado directo de la misma guerra, viene un incremento de alimentos, medicinas, materiales de construcción y todo lo que requiera de combustible, euro y dólar en el proceso productivo.

Frente a todo lo que está sucediendo las cúpulas de los partidos políticos pretenden ganar elecciones y gobernar con las mismas gentes, estilos y forma de actuar como lo hacían en el pasado.

Las cúpulas partidarias no asimilan el cambio social, pero tampoco les interesa. Pienso que tienen temor de que al hacer la evaluación de la perspectiva social se enteren de que ellos deben dejar la orientación de los procesos de construcción democrática y dar paso a otros actores.

Mercadear candidaturas políticas, partidos, sindicatos, iglesias, clubes, gremios profesionales, artistas, atletas, actores, entidades sociales y culturales será cada vez más difícil.

Lograr que los jóvenes, profesionales y empresarios que forman el segmento independiente del mercado electoral, deseen ser actores activos de los partidos y las campañas electorales, se pone cada vez más difícil de alcanzar. Se debe hacer un esfuerzo, y no percibo ni siquiera que desde el interior de los partidos políticos se esté haciendo la planificación para hacer los esfuerzos y estudios necesarios a los fines de entender la nueva sociedad.

Las cúpulas de los partidos en vez de pedir la opinión, reflexión y consejos de los estudiosos de la sociedad buscan que los académicos hagan químicas con sus cegueras y miopías.

El gran reto del marketing político y la persuasión electoral en la entrada de la tercera década del siglo XXI descansa en que las personas cada vez se resistirán más y más a creer en algo.

Por tanto, la posibilidad de que escuchen y vean las escenas de la política y las campañas electorales dependerá de la imagen de los emisarios o actores y de la escena que se practique: “con las mismas gentes y haciendo lo mismo, los partidos políticos no podrán detener el avance de la desafección y la anti política”.

Es fácil mercadear cuando su oferta es lo que la gente quiere y desea. El punto complejo de la democracia está en que las gentes no tienen claro lo que quieren ni desean, pero algo si está bien claro: “rechazan y repudian a las mayorías de los liderazgos que están en el escenario”.

Ahora después del coronavirus y de este conflicto de Rusia con Ucrania la mente social su nubla aún más, cunde el temor, miedo y pánico, cada día se habla más de una Tercera Guerra Mundial, y solo ver esa posibilidad cambia la vida de las gentes que tienen algo de juicio.

Las personas desean más y mejor democracia, pero sin hacer el ejercicio de la contribución, el esfuerzo y aporte que requiere la democracia para mejorar eficiencia y fortalecer legitimidad.

Las personas esperan que los gobiernos mejoren la economía, fortalezcan la institucionalidad democrática, implementen programas sociales que reduzcan inequidad y marginalidad. Desean mejores Estados de Bienestar, pero en sus mayorías no aportan al proceso de cambio.

Tenemos una ciudadanía crítica y exigente, pero los partidos y candidatos tienen que hacer importantes inversiones en publicidad para motivarlos a ejercer el sagrado derecho del sufragio.

Uno de los grandes retos del marketing y la comunicación política está en cambiar la forma de pensar y actuar de ese ciudadano indiferente para con la democracia, y lograrlo requiere de inteligentes diseños de campañas persuasivas que pongan el cerebro social en una perspectiva más fértil para que el marketing electoral pueda hacer su función. Lograrlo también requiere de nuevos liderazgos y formas diferentes de hacer la política y comunicarla.

Hemos escrito seis libros que están publicados en la plataforma Kindle Amazon, versión digital, donde están las pautas y herramientas necesarias para el diseño de campañas de comunicación persuasiva y marketing político que conducen al buen éxito.

Las pérdidas de perspectiva en las cúpulas partidarias son tan obvias que en vez de enfocarse en trabajar para captar y producir nuevos dirigentes que hagan empatía con la nueva sociedad, lo que están es disputándose la lealtad de dirigentes desgastados y rechazados socialmente y que en las mayorías de los casos solo tienen el nombre.

Dios mío: “será que se pusieron ciegos o que no quieren ver la enfermedad por temor a la cura”.