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Muchas son las campañas electorales que inician sin un plan estratégico de marketing. Esto la conduce al fracaso, al dispendio de los fondos y precario aprovechamiento de los recursos humanos. El plan estratégico de marketing facilita calibración de la acción en los objetivos. Una campaña electoral para ser exitosa requiere por lo menos de una mente estratega en su comienzo para que oriente el diseño.

El plan tiene que ser consistente, es decir, objetivos, estrategias, mensajes, lineamientos, ejes de la imagen, decisiones y documento estratégico deben estar alineados, coincidir y ser congruentes entre sí.

Los objetivos no pueden ir en un sentido y las estrategias en otro; o los ejes ser unos y el mensaje central opuesto a ellos. Es la clave para el triunfo electoral, siempre y cuando sea elaborado con bases reales y ejecutado con precisión.

Los elementos esenciales del plan estratégico son: Definición de los objetivos; definición de las estrategias; recomendaciones del consultor; y los mensajes a comunicar.

   En el proceso de planificación es importante establecer criterios, establecer objetivos, y establecer las diferencias entre objetivos y expectativas.

   La Planificación Estratégica en una campaña electoral, requiere, al menos, de la elaboración de estrategias y planificación en los siguientes niveles: Mercadeo, comunicación, organización, electoral y finanzas.

   Las estrategias nos clarifican la ruta o camino para definir las acciones o elaboración del curso de acción que debemos implementar para superar a nuestros adversarios y alcanzar los fines propuestos. Mientas que el Plan es el ¿Qué hacer? y ¿Cuándo?    

   La estrategia de marketing, como plantean Molero Ayala y Blasco López es la combinación de observación del entorno, análisis de la realidad observada, dirección de necesidades en segmentos del mercado, creatividad e innovación para la concepción de respuestas comerciales, estudio del atractivo económico del ambiente competitivo para dar con oportunidades. En resumidas cuentas, una estrategia de marketing político se enmarca en este mismo enfoque, pero aplicada al mercado electoral.

En la planificación estratégica de una campaña electoral se debe pensar en temas y tiempos para promover el producto y llevar a cabo el proceso persuasivo de los votantes: ¿Cuáles temas comunicará? ¿Por cuales medios? ¿En cuales tiempos?

En la planificación estratégica de una campaña electoral debemos responder las siguientes interrogantes:

¿Cuál es el ámbito competitivo critico dentro del cual deben ser formuladas las tácticas?

¿A cuáles exigencias específicas de los electorales en el espectro competitivo debe responder el producto para lograr el posicionamiento deseado?

¿Cuáles son las fortalezas relativas que tiene el producto en comparación con los adversarios?

¿Cuáles son las principales oportunidades y los principales escollos que se presentarán en el proceso de marketing?

¿Cuáles son las principales tendencias que influencian en el proceso competitivo?

Un plan de marketing político consta de tres niveles estratégicos, que son: Definir la estrategia política, definir la estrategia comunicacional, y definir la estrategia publicitaria.

Es importante acotar que cada uno de estos niveles estratégicos consta de su propio campo de acción. De la estrategia política depende el diseño de la propuesta política; de la estrategia de comunicación depende la elaboración del discurso político; y de la estrategia publicitaria depende la construcción de la imagen política.