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La clave del éxito en el mercadeo de un producto -partido político, candidato, gobierno- depende mucho de la calidad del consultor de marketing político o mente estratega. Por tanto, no se debe escatimar esfuerzos en contratar al experto indicado para que ayude al alcance del éxito.

Se incrementan los disgustados con la democracia, partidos políticos y líderes.  Los partidos políticos y las campañas electorales en el futuro más que en el presente y pasado requerirán de consultores o mentes estrategas de marketing político.

La campaña electoral para su buena marcha y consecución de los objetivos requiere de un consultor estratégico de marketing que orienta en la elaboración del Plan Estratégico y del Plan de Acción, y orienta para que el proceso se mantenga dentro del curso para alcanzar los objetivos.

En el caso de que se trate de campañas electorales presidenciales o congresuales y municipales en plazas grandes, es necesario organizar una Dirección Estratégica o Equipo de Estrategias con quienes mantiene una comunicación estrecha el Consultor Estratégico.

El consultor es una mente estratega, es un profesional diestro, ágil, agudo, con muchas habilidades y adrenalina para pensar estratégicamente y producir ideas innovadoras, soluciones fáciles para problemas y retos que lucen complejos. Tiene claridad en recomendar siempre lo que se debe hacer en todas las circunstancias que se presentan. Como razona Aceves Ramos, “planea una secuencia de golpes y juega procurando que el desarrollo del juego coincida con lo que había previsto.”  

La mentalidad estratégica se estudia, se cultiva y se aprende. Con el tiempo, en la medida en que maneja procesos y afronta situaciones, es que el consultor de marketing logra convertirse en un liderazgo estratégico que logra con facilidad que los miembros de la organización asuman las pautas trazadas.

A los candidatos le aconsejo que no les escondan información a los consultores. Ese error puede costar la elección. Analiza cualquier circunstancia que pueda ser una piedra en tu carrera, aconseja Lema Mouzo. 

En una campaña electoral debemos estudiar el mercado para el diseño de nuestra campaña de marketing, pero también, debemos estudiar la competencia. En los estudios del mercado de los actores debemos precisar las ventajas y desventajas competitivas. Si usted se va al cuerpo a cuerpo de la campaña sin identificar las ventajas competitivas se llevará la sorpresa de que trabajará mucho, pero no vera el crecimiento.

¿En qué tenemos la coyuntura a favor?

¿En qué nuestro partido tiene ventajas?

¿En qué nuestro candidato lo supera?

Esto hay que descubrirlo antes de iniciar el proceso persuasivo. Una vez identificadas las ventajas, entonces procede dimensionarlas para acelerar el crecimiento y posicionamiento favorable del producto en el mercado electoral. Debemos mantenernos enfocados en el producto, en la persuasión y en el estudio del mercado, en sinergia.

El pensador estratega dedica el tiempo necesario a pensar en las ventajas competitivas de su producto.  Al inicio de la campaña, sobre todo, en el proceso de elaboración del plan estratégico, es importante que el consultor identifique las ventajas competitivas en los ámbitos siguientes:

  • Imagen de los productos.
  • Imagen de los partidos.
  • Preparación de los candidatos.
  • Destrezas de los candidatos para comunicar y persuadir.
  • Calidad y capacidad de los equipos de la campaña.
  • Temas con cuya difusión su candidato puede tomar ventajas.
  • Segmentos más fértiles para el posicionamiento del producto. 

Es que, en los tiempos en que vivimos, ya no basta con tener un buen candidato, un partido grande y fuerte, y una propuesta atractiva. Es importante tener ventajas competitivas. El buen estratega, la atinada estrategia, el objetivo plan y el equipo competente para dirigir la campaña electoral son ventajas competitivas.