Seleccionar página

Cada día son más las mentes racionales y lúcidas de la República Dominicana que piensan que el Presidente Luis Abinader está cometiendo errores innecesarios y que su liderazgo no está siendo bien asesorado.

Como reacción para no aceptar los errores y desaciertos de la gestión, ahora se inventan unos sondeos o estudios de mercados dándoles niveles de aprobación al Presidente entre 80 y 90 por ciento, algo que es una gran mentira.

Aunque fue postulado por un grupo de partidos políticos, el Presidente Luis Abinader, es el primer gobernante de la República Dominicana en el ciclo de la democracia que no es hechura de los partidos.

En la nueva sociedad en que alrededor de un 80 por ciento de los votantes no tienen militancia partidaria, los candidatos que logran más rápido crecimiento y empatía con las gentes, son los que se construyen al margen de los partidos y presentan proezas, éxitos y logros personales que causan agrado en la población.

Por tanto, no es una casualidad que los candidatos de los dos partidos mayoritarios Luis Abinader y Gonzalo Castillo, quienes concitaron más del 90 por ciento de los votos en las elecciones 2020, sean primero empresarios y luego políticos.

La era de la antipolitica lleva a muchos líderes a pensar que los partidos no son necesarios, y, desde el poder toman acciones para debilitarlos. Los estrategas de la sociedad civil alimentan esta teoría.

Independientemente del mal momento que pasan los partidos políticos, porque no han sido capaces de rediseñarse ni readaptarse a las nuevas expectativas, demandas, prioridades, sueños, frustraciones y esperanzas de las gentes, es peligroso y delicado hacer gobernanza ignorando que el Estado Social y Democrático de Derecho está montado sobre la base de una partidocracia o democracia de partidos.

El Presidente Luis Abinader al cumplir dos meses en el poder, dirigió un discurso de 3 minutos a la Nación en que abordó sólo dos temas: Decir que regalará su sueldo y que propondrá al congreso reducir el 50 por ciento del ingreso por financiamiento público a los partidos durante el año 2021.

Sepa muy bien Presidente Luis Abinader que no hay democracia sin partidos, y, en las sociedades dónde los partidos se han resquebrajado y perdido la legitimidad social, la democracia y el desarrollo institucional se han fracturado.

Hay un criterio filosófico sugerido por consultores sanos que no están dominados por odio, rencor, resentimientos, maldad ni prejuicios a los gobiernos en estos tiempos de un mundo con grandes necesidades y con recursos limitados para afrontarlas, y que consiste en entender que el Cómo es tan importante como el Qué.

El cómo hacemos las cosas, es tan importante como las cosas mismas que hacemos.

En la antipolitica no faltan los teóricos que sugieren despartidizar la política, y en todos los países de América Latina donde los gobiernos eligieron esa ruta, no le ha ido bien, ni a la democracia, ni al desarrollo económico, social e institucional.

Estoy seguro de que quienes asesoraron al presidente Luis Abinader para que anunciara su propósito de utilizar su facultad constitucional para pedirle al congreso aprobación de una reducción al financiamiento a los partidos, pensaron que la medida sería un fenómeno positivo en la aprobación y aplauso social, pero en ningún momento meditaron sobre las consecuencias.

La medida de reducir fondos a los partidos es saludable en una crisis sanitaria como la que vivimos, pero ese deseo ha sido mal canalizado, y sea aprobado o no, le hará más daños que bien al nuevo gobierno que si de algo requiere para echar el País adelante, es de una filosofía de gestión inspirada en la inclusión y el compromiso social.

El Presidente Luis Abinader debió primero compartir el proyecto de presupuesto con el liderazgo partidario, pidiéndole sugerencias y considerando sus puntos de vistas.

Se ha comprobado que la gobernanza apoyada en la consulta como estrategia, solo deja ganancias independientemente de que en las decisiones se incluyan o no los criterios de los consultados.

En vista de que el liderazgo nacional está consciente de que el nuevo orden requiere de austeridad, entonces el gobierno debió consultarlos y apoyarse en ese sentir colectivo de una gestión austera para plantearle el sacrificio de reducir sus ingresos por asistencia o financiamiento del Estado.

Veo bien que se le reduzca el financiamiento a los partidos mientras estemos en pandemia, pero primero el Gobierno debe reducir los sueldos a quienes ganan más de 150 mil pesos mensuales.

Antes de quitarle los recursos a los partidos, el gobierno debe someterse a la austeridad, y eso no ha sucedido, y si vemos con lupa el proyecto de presupuesto 2021, en los hechos tampoco es el propósito.

Considero una mala decisión, una pésima estrategia el hecho de que el Presidente Luis Abinader en persona se haya dirigido a la Nación con este propósito.

Un anuncio como ese, siempre es recomendable que no lo haga el primer mandatario de la Nación.

Un anuncio como ese, debió salir de un escenario como el Consejo Económico y Social, en que la motivación fuera hecha por un representante de la iglesia, del empresariado o de los trabajadores, jamás por un funcionario del gobierno, y mucho menos por el Presidente de la Nación.

La forma como el Presidente anunció su propósito, está siendo percibida por el liderazgo partidario como una desconsideración y un atropello, incluyendo partidos que fueron sus aliados en las elecciones 2020.

Hay partidos aliados al PRM que por respeto y sumisión al Presidente Abinader, han reaccionado apoyando el anuncio, pero en su interior no lo comparten, puesto que el financiamiento a los partidos es una inversión en la democracia, y más que quitarles la asistencia, lo que procede es fiscalizar el uso.

La iniciativa del presidente Abinader pondrá “chivo” al liderazgo partidario, y estos pudieran percibir que está en la agenda del gobierno el propósito de reducirlos, irrespetarlos y debilitarlos.

La iniciativa, en vez de acercar, será un punto de arranque para el distanciamiento del gobierno con los partidos políticos, a quienes, aunque el oficialismo tiene mayoría legislativa, podrá necesitar mañana.

El liderazgo partidario de la oposición pudiera razonar que el Presidente Abinader sugiere esta medida, porque su partido -el PRM- tiene el gobierno, el congreso y los ayuntamientos más grandes, y por tanto, dinero no le hará falta.

El liderazgo de la oposición ha comenzado respondiendo al presidente Luis Abinader, que antes de quitarle los fondos a los partidos, primero debe dar señales de que hará un gobierno austero, y, el fondo de asistencia del Estado a los partidos no es lo que causa la distorsión y déficit en la economía.

La dictadura en estos tiempos se construye practicando la gobernanza de la exclusión. Ese fue un argumento que la oposición al PLD supo utilizar muy bien para sacarlos del poder.

Ese es el peligro que tiene para el cultivo democrático, el hecho de que los gobiernos tengan también una mayoría congresional que la utilicen para excluir e ignorar, matando la raíz y espíritu de la democracia misma.

Percibo hay en el círculo de influencia íntima del presidente Luis Abinader personas que quieren empujarlo a una confrontación con los partidos, incluyendo a su propia organización, el PRM.

Esa estrategia, de materializarse, tendrá resultados negativos para el liderazgo del presidente Luis Abinader, para la democracia y para el País.

Si el gobierno insiste en quitarle la asistencia económica del Estado a los partidos, el liderazgo partidario reaccionará. La confrontación viene. De eso pueden estar muy seguros. Inclusive, el primer partido en expresar su rechazo total a la medida fue la Fuerza del Pueblo, organización que allanó el terreno para la división del PLD y llevar al PRM al poder.

El monto que deberán recibir los partidos en el 2021 son unos cuantos centavos en relación con los ingresos por préstamos que ha recibido el gobierno en apenas dos meses de gestión.

Los partidos, sobre todo las organizaciones minoritarias que no acceden al 80 por ciento del monto de la asistencia, tienen comprometidos esos recursos con gastos fijos. Más aún, acaban de salir de unas elecciones en que por lo regular siempre quedan endeudados.

Algunos líderes de estas organizaciones minoritarias pudieran pensar que detrás de esta propuesta está el propósito encubierto de hacerlos desaparecer.

El enigma consiste en descifrar si ese es el propósito que el Gobierno busca, o si se trata de deseos anunciados sin la previa reflexión, análisis y ponderación de los efectos.

Si para enfrentar con buenos resultados la pandemia del coronavirus, el gobierno amerita de utilizar los fondos del financiamiento a los partidos, los buenos dominicanos debemos estar de acuerdo. Pero tal y como hemos señalados anteriormente, la idea puede tener mala espina.

Hay quienes piensan que detrás de la iniciativa está el propósito encubierto de hacer que los partidos de la oposición por falta de recursos tengan que reducir su impacto y accionar en la sociedad y la vida pública, mientras el PRM y sus aliados tienen el control de todas las estructuras de poder.

Pendejos no son.
Qué Dios nos tome confesaos!