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El caso Falcón, los narcos que cayeron antes y otros que caerán más adelante, podrían inhabilitar al presidente Luis Abinader en su propósito de buscar la reelección en el 2024.

El daño que recibirá la imagen del presidente Luis Abinader será mayor que el daño que recibió la imagen del expresidente Leonel Fernández por las imputaciones que le hizo Quirino.

El daño que está recibiendo la reputación de Luis Abinader es lento, pero letal. Cada vez que una persona ve una de esas imágenes y videos donde el gobernante aparece en cercanía, confianza, empatía y agrado con los narcos hoy en manos de la justicia, si voto por él, las sensaciones son de espanto y asombro.

La caída de la confianza y credibilidad del presidente Abinader no ha sido más estrepitosa, porque los medios de comunicación lo están tratando con mucha consideración, precisamente porque el gobierno es su principal cliente. Ese terreno movedizo en que camina el liderazgo es la justificación para tanto derroche en publicidad gubernamental en medio de crisis y escases.

Los empresarios que financiaron parte de la campaña de Luis Abinader pronto van a retirarle el apoyo a cualquier pretensión continuista del mandatario. Esperarán un poco más porque el gobierno es su principal cliente.

Las familias más ricas de la Nación no quieren competir con narcos en influencia y control del poder político y económico.

Los gobiernos y sectores de poder económico en los Estados Unidos y Europa incrementarán control y vigilancia sobre República Dominicana por el daño que le causa el narco a sus intereses.

Los empresarios que financiaron la campaña de Luis Abinader estarán pronto estimulando productos de relevo en el PRM. En la mira tienen a David Collado y Carolina Mejía.

El PLD ya tiene en la escena tres liderazgos jóvenes, experimentados, capaces, educados y decentes: Abel Martínez, Francisco Domínguez Brito y Margarita Cedeño. 

Pronto otros liderazgos jóvenes del PLD podrían salir al escenario.

La precampaña y campaña del 2024 será una competencia entre jóvenes comprometidos con la democracia y con los atributos necesarios para conectar con las expectativas y demandas sociales para llevar a la República Dominicana a un peldaño más alto de desarrollo y bienestar colectivo, porque ahora, sin importar toda la propaganda y manipulación, lo que está viviendo la sociedad dominicana es un retroceso y una fractura de la institucionalidad.

Al comienzo del gobierno de Luis Abinader le pedí a mis alumnos pusieran a tres personas en sus oraciones: Al presidente Luis Abinader, a la doctora Milagros Ortiz Bosch y al alumno Carlos Pimentel. Le expliqué detallada y detenidamente los motivos de mi pedimiento. Ahora le hago la misma solicitud.

Las personas sensatas son conscientes de que el atino de quienes gobiernan beneficia al colectivo social, igual que el desatino afecta a las mayorías. Por eso, los líderes religiosos siempre ponen a los que gobiernan en sus oraciones y muchos ignorantes piensan que es porque esperan algún privilegio.

Lo que se cocina en la República Dominicana es malo.

Lo que se ve venir en la República Dominicana es muy malo.

Hace bien a la democracia y la Nación la entrada temprano en la escena de un liderazgo joven que despierte esperanzas, y considero que Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luis Abinader no debieran ser un obstáculo.

Espero que el presidente Luis Abinader entienda que su situación no es la mejor y opte por gobernar en armonía, porque mientras incertidumbre haya en el ambiente menos oportunidad tendrá para hacer una gestión trascendente. Le pido a Dios que no permita que el Presidente Luis Abinader sea invadido por la soberbia.