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La transparencia fue ventaja competitiva del PRM para elecciones 2020, pero no lo será para las elecciones 2024. En las encuestas que se realicen a comienzos del 2024 la mayoría del pueblo dominicano tipificará al gobierno de Luis Abinader y el PRM como no transparente.

El discurso calibrado en la transparencia fue determinante en el resultado elecciones 2020. El PRM hizo un diseño y plan de campaña para activar sectores y actores sociales utilizando como ancla la corrupción.

En la perspectiva elecciones 2024 el PRM ha perdido ese tema porque en su gobierno practican, muchas veces de forma más descarada, todo lo que criticaron a la gestión del PLD.

Cuando una marca partido-candidato pierde sus ventajas competitivas se les hace difícil mantener el apoyo popular y concitar nuevos  respaldos.

La corrupción, las malas prácticas y mafias del poder para repartirse el patrimonio público es el clima de opinión con que se está despidiendo el 2023.

El cuarto año de los periodos gubernamentales es delicado porque muchos actores se desesperan y salen a buscar lo suyo sin el mas mínimo reparo. Esos escándalos que están sonando son percatas minutas en comparación con los que se destaparán en los primeros meses del 2024.

La pérdida de la transparencia como ventaja competitiva tendrá un elevado costo para el propósito continuista del PRM. La conducta será un voto de castigo como reacción por la frustración y el engaño.

En vista de que el gobierno de Luis Abinader podría culminar el periodo con la imagen de igual de corrupto o más corrupto que el PLD, ya sus asesores preparan el «plan B» que consiste en comprar las elecciones, y por eso la carrera desenfrenada de préstamos: «están acumulando platas para tales fines» es un pensamiento que se construye en amplios sectores sociales y que yo lo comparto.

Cuando se pierden las ventajas competitivas el terreno persuasivo es árido y se dificulta ganar. Por eso, desde los gobiernos, en América Latina el oficialismo puede sentirse tentado por la conducta de tomar o comprar las elecciones para perpetuarse en el poder.

En el caso dominicano todo el que le duela y sienta respeto por la democracia debe estar vigilante.