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El politologo y consultor Belarminio Ramírez reflexiona sobre la naturaleza y perfil deberá tener el liderazgo responsable de guiar a la humanidad en esta atmosfera de deterioro emocional deja el coronavirus.

La crisis del coronavirus agrieta el puente de confianza que existía entre la población y los líderes. El colapso de la economía y del orden social estimula a que las mayorías de los líderes comiencen a desconfiar en ellos mismos, en sus intimas convicciones, ya no están seguros de que sus visiones eran correctas. Por tanto, deberán retirarse o volver a confiar en sí mismos, porque la confianza que tiene en ti mismo estimula que sea confiable para los demás. La humanidad urge de un liderazgo con confianza intuitiva. La confianza intuitiva, como señala Gutiérrez Conde, es el primer eslabón para construir con posterioridad la confianza refrenada.

La perpetuidad de los liderazgos en algunos países ha sido escollo para el continuo avance democrático. Los pueblos deben tener derecho pleno a renovar permanentemente sus liderazgos. El liderazgo no debe ser considerado como una posición ni un rango. Es fundamentalmente una relación de confianza entre líderes y seguidores.

La intuición como razona Charles Handy “es la única cosa que le da a un individuo la confianza en sí mismo para entrar en lo desconocido y persuadir a otros para que vayan donde nadie ha ido antes; pero esto tiene que estar combinado con una duda considerable, con la humildad para aceptar que a veces uno puede estar equivocado, que otros también tienen ideas, y que escuchar es tan importante como hablar.”

Relanzar las economías, fomentar el empleo y la inversión, lograr que las gentes vuelvan a soñar en el progreso y bienestar como lo hacían antes, requerirá de un liderazgo creativo en la implementación de métodos nuevos para buscarle solución a problemas viejos.

Rubén Ordóñez reflexiona que “el proceso creativo ayuda a desestructurar el problema y lograr la apertura mental para iluminar áreas que al comienzo no siempre se perciben. Durante el desarrollo de sus fases se busca una visión menos analítica, desafiar la secuencialidad, la linealidad de nuestro pensamiento para abrir el problema a resolverlo y pensarlo desde otro lugar.”