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Urge un liderazgo con una naturaleza distinta al que tenia la humanidad en enero 2020 cuando la pandemia del coronavirus atacó al mundo. Este escrito es parte de una serie de ensayos que publica el maestro y consultor Belarminio Ramirez Morillo autor del libro El Liderazgo Paradigma de la Democracia Post Covid-19.

El sentido común del líder implica reflexionar y meditar sobre cómo sus decisiones impactan en la vida de las gentes, así como también, el cómo lo que sucede en su entorno impacta en su convicción.

El sentido común estimula felicidad y buen desempeño de los seguidores, pero también, contribuye a que el líder haga la mejor gestión posible de su desempeño.

El cambio acelerado en que vive la humanidad amerita que el líder sea diestro y ágil en la interpretación para el sentido común que mantenga su accionar y visión en el contexto de la empatía cognitiva y emocional con la población, y de manera muy especial, con los miembros de su organización.

Cada liderazgo tiene una arquitectura y naturaleza propia. Es un error frecuente en los análisis estudiar los liderazgos comparándolos como si fueran un objeto que se mide en tamaño o por kilogramos en una balanza.

Cuando hablamos de sentido común, es importante conocer el concepto de líder que tiene el propio liderazgo, y el concepto de líder que tienen los seguidores. Cómo el líder se ve así mismo y cómo ve a quienes le siguen y adversan. Cómo los seguidores ven a sus líderes y adversarios. El líder con sentido común cuida a las gentes y raras vez hace daño emocional a la población estimulado por el placer de alimentar su ego.

La forma simple como el líder se ve y lo perciben las gentes abona el terreno para la interpretación del sentido común.  Eduardo Vizcaino enfatiza en que líder es aquel que se rodea de líderes, es aquel que se rodea de gente que le dice la verdad, es aquel que conoce y aplica en su gestión el sentido común.

Marcus Buckingham aporta un catálogo con nueve atributos que puede ser utilizado como guía para identificar la naturaleza de un líder post COVID-19: consejero, balanceador, proveedor, conector, influenciador, estimulador, creador, pionero y maestro.

En la tercera década del siglo XXI la pandemia del coronavirus pone en evidencia que la humanidad necesita de un liderazgo con un comportamiento y una forma de entender la vida que le sirva de espejo a las personas.

En el post COVID-19 se hace más necesario que en el pasado la presencia de un liderazgo diestro y con sentido común que construya relaciones sanas, y genere clima de confianza estimulando a las personas a que se les acerquen a pedirle consejos. Un liderazgo empático que perciba las emociones y sentimientos de los demás y demuestre interés en ayudar.

La destreza la da el hacer más que el decir.

Tenemos líderes que hablan de todo y saben de todo, pero sin embargo que hacen muy poco. Precisamente, a ese comportamiento se debe el disgusto de la ciudadanía más culta para con los partidos políticos. Para que el liderazgo pueda inspirar a la juventud que se está formando con altos estándares de inteligencia, esa conducta tiene que cambiar.

El liderazgo del post covidianidad deberá ser diestro en leer las intenciones y deseosde los demás, aunque estén ocultos. Deberá ver a las personas en sus adentros y descubrir lo que las personas sienten y desean sin que lo hayan expresado.

Debashis Chatterjee acota que “nuestra capacidad de controlar los problemas depende en gran medida de la manera en que interpretamos la realidad de nuestro entorno.”