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Llevar a cabo exitosas campañas electorales en estos tiempos de votantes independientes, indecisos y disgustados, requiere de un buen manejo del arte y las técnicas de comunicarse de manera útil y eficaz en los momentos oportunos estratégicos.

Cada momento emocional de la población, requiere de un mensaje y de una forma particular de transmitirlo. No comunique para su propio ego. Haga la segmentación del mercado y comunique informaciones útiles e interesantes para las mayorías.

El punto para hacer un buen mercadeo de la candidatura está en que el mensaje no parta de una suposición, o sea, las informaciones deben ser obtenidas mediante los estudios cuantitativos y cualitativos, así como de la observación y análisis del mercado electoral.

Cuando el por qué es el beneficio que se espera, entonces en la campaña electoral debemos darles prioridad a las propuestas.

Empero, cuando lo que mueve la atracción y el deseo de las gentes es la naturaleza humana del liderazgo, entonces en el proceso persuasivo debemos dimensionar su don de gente.

Además, debemos asumir la campaña electoral como una organización, una empresa o un equipo, en que los buenos resultados dependen de calibrar la acción en la visión, pero actuando con misión y compromisos compartidos.

Al comienzo de la campaña electoral, todos los dirigentes y personas que asumen una responsabilidad importante en la organización deben ser escuchados.

La forma más eficaz de escucharlas es elaborando una entrevista profunda, tipo abierta, en que expresen la valoración que tienen del producto, las motivaciones que tienen para seguirles y las expectativas que aspiran alcanzar con la elección. Al utilizar esta estrategia, contribuimos a paliar el caudal de desconfianza que existe en los partidos y en los políticos. Tal y como plantea Covey Merrill, “uno de los grandes beneficios de primero escuchar es que ayuda a aprender cómo desarrollar la confianza”. 

Entienda que toda persona que se involucra en política y sigue a un candidato, tiene un interés particular puesto en la elección. En las entrevistas profundas que haga a los miembros equipo y colaboradores de la campaña electoral, identifique el interés colectivo.

Es importante que los intereses colectivos primen sobre los intereses particulares, para que esto suceda, hay que calibrar la comunicación en el primero.

Un porcentaje importante de las campañas electorales y de los liderazgos políticos sucumben temprano, porque arman los proyectos despertando y saciando intereses personales, y esto estimula a que cada persona se ponga en lo suyo.

Aún ganando las elecciones, es imposible dar respuestas a todos los intereses y deseos personales. Inteligentemente, conviene que el liderazgo trate de que los intereses personales y colectivos vayan equilibrados, pero enfatizando siempre en la misión de lograr bienestar colectivo.

El liderazgo político debe ser un interlocutor del interés colectivo, abrazando conductas colectivas de defensa a causas nobles y justas, apoyando a personas con fuentes creativas, abrazando valores, motivaciones y reglas de juego en beneficio de las mayorías. Ayuda mucho al crecimiento del liderazgo y cohesión de la organización, cuando se práctica constantemente la motivación afectividad.