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Danilo Medina es el Partido de la Liberación Dominicana y está por encima del PLD. Los cuatro presidentes ha dado la oposición al PLD (Antonio Guzmán, Jorge Blanco, Hipólito Mejía y Luís Abinader) no han sido presidentes de sus organizaciones, porque los líderes máximos no necesitan ser gerente de los partidos.
Danilo Medina es y será el PLD mientras viva. Igual como son Hipólito Mejía y Luís Abinader el PRM.
En los actuales momentos poner la presidencia del PLD en manos de un discípulo a quien engrandece y beneficia es a Danilo Medina, porque delega el costo de la gerencia partidaria en un dirigente de menor rango.
¿Quién es más importante en el PRM: Hipólito Mejía o José Ignacio Paliza?
Todos dirían que Hipólito.
¿Quién será más influyente en el PRM después del 2028: Luís Abinader o quien detente la presidencia del PRM?
Todos dirán Luís Abinader.
Danilo Medina es un mentor, es el líder más importante de República Dominicana que ha asumido campañas presidenciales de sus discípulos como si fueran las de él propias. Eso no lo hizo Balaguer, ni Leonel. Hipólito parece estar dispuesto a hacerlo, pero para su hija Carolina. El actual presidente Luís Abinader dejará entrever su mucho o poco caudal de ego en el 2028 cuando le corresponda apoyar a un relevo.
El liderazgo del PLD ha crecido y se ha desarrollado bajo la sombra de Danilo Medina, incluyendo a Leonel Fernández. En el 2020 lo correcto estratégicamente era que Danilo Medina asumiera la presidencia del PLD para evitar que la organización sucumbiera, y ese reto fue asumido y alcanzado, gracias también al esfuerzo de Charlie Mariotti.
Un cambio en la gerencia partidaria desplaza del control a miembros del círculo de influencia, y precisamente eso le conviene al PLD: «sacar de las secretarías y de las oficinas de la Casa Nacional a muchos dirigentes, no todos, que ya cerraron sus ciclos y deben jugar roles menos importantes que los que tienen en los actuales momentos. Algunos de estos tienen mucho que ver con las derrotas electorales y el mal momento en que se encuentra la organización.
Danilo Medina sin la titularidad de la presidencia del PLD puede ayudar más a la recuperación de la organización y hacer mayores aportes a la democracia.
Hay un juicio crítico a la conducta de la dirigencia del PLD, altos órganos, así como de los municipios y provincias en que Danilo Medina escapa a toda responsabilidad, porque si hubieran asumido el ejemplo de comportamiento humilde, sencillo, empático y solidario del presidente sanjuanero, la imagen que tuvieran estos fuera otra.
El viejo estilo de que los líderes máximos de los partidos deben tener la presidencia de la entidad, en estos tiempos de desafección padecen las organizaciones, es no aconsejable.
Los partidos políticos en República Dominicana todavía no han tocado fondo, pero le falta poco para llegar al fondo. El rechazo a los partidos no necesariamente se traduce en antipatía hacia sus líderes. El liderazgo de Danilo Medina es muy valioso y necesario como para estar quemándolo en dirección partidaria.
Por varios motivos, si Francisco Dominguez Brito aspira a la presidencia del PLD, entonces Danilo Medina debe declinar. Un líder máximo de una organización no compite con sus hijos políticos, mucho menos por un puesto de dirección partidaria.