Gobernar a la República Dominicana es un trabajo complejo por las necesidades, escasez, pobreza, intereses del poder, en fin, por las limitaciones y recursos limitados para dar respuestas a las demandas sociales.
Gobernar en tiempos de estabilidad, armonía social, paz y prosperidad, es menos complicado. Aún así, la gerencia del poder político se ha comido siempre a sus protagonistas, con raras excepciones.
La gestión de Luis Abinader ha dejado entrever siempre que es una escena de improvisación con ausencia de planeación, control, seguimiento y evaluación a los funcionarios.
Es que, tanto el presidente Abinader, como los titulares de los Ministerios responsables de tales roles, llegaron al Estado con limitadas experiencias en lo público.
¿Podrá Luis Abinader ser Presidente y Candidato y hacer bien ambos papeles?
Es difícil, por no decir imposible.
Todo indica se avecina campaña electoral bien intensa y competitiva, ahora con la creación del frente opositor PLD-FP-PRD.
Los empresarios fueron aliados de Abinader en campaña electoral, pero no están muy satisfechos con resultados de la gestión.
Muchos ya están diciendo: «No puede cumplir bien su responsabilidad de Presidente de la República, y ahora asume también la candidatura presidencial».
La mayoría de los funcionarios del gobierno PRM son ineficientes, y ahora a su ineficiencia como servidores públicos se le adiciona la responsabilidad de coordinar y dirigir campañas electorales.
De aquí en adelante Luis Abinader será tratado como un candidato. Recibirá más presión y deberá procurar ser más cumplidor.
Deberá repasar sus promesas electorales que no ha cumplido.
Deberá revisar los compromisos que ha hecho desde el poder con los médicos, maestros y otros sectores, que tampoco ha cumplido.
El cambio que Abinader prometió en campaña electoral 2020 son palabras que se la llevó el viento. La República Dominicana está peor en todos los órdenes que la que recibió el 16 de agosto 2020.
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