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Víctor Hugo dijo “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”. Yo complemento: “No hay nada más poderoso que un liderazgo cuando le ha llegado su tiempo”.

Abel Martínez sabe que está en su tiempo y que su visión de República Dominicana es lo que necesita el pueblo dominicano en este momento. Visión es, como razona Stephen Covey en su libro Los 7 hábitos de las gentes altamente efectivas, “ver con el ojo de la mente lo que es posible en las personas, en los proyectos, en las causas y en las empresas. La visión se produce cuando nuestra mente relaciona posibilidad y necesidad”.   

El líder visionario de estos tiempos de cambios, si aspira a dirigir los destinos de la Nación, requiere de un mapa mental con una visión amplia de su país como parte del mundo.

Olga Consuegra en su formidable libro Las Claves del Éxito: Comunicación Efectiva acota que “el Mapa no es el mundo que nos rodea, no es el territorio, sino la interpretación que cada uno de nosotros tiene de este mundo, de este entorno, de la vida. Una persona que tenga un mapa muy pequeño será alguien que tiene muy pocas vivencias o aspiraciones en su vida, por lo que sus metas pueden resultar insignificantes para alguien que tenga todo lo contrario. Por eso el mundo es para cada uno de nosotros, exactamente lo que creemos de él”.

Abel Martínez es un líder visionario. Su visión no es el producto de un sueño ni de un invento personal. Es una visión compartida producto de su trayectoria de vida y que se sustenta en inteligencia, expectativas y deseos del colectivo social.

Abel es un liderazgo inteligente y creativo con un conocimiento pleno de los sueños, deseos, necesidades y desvelos de los diversos sectores de la sociedad dominicana. Su visión es percibida con objetividad, en parte, porque se lidera, asimismo. Julián Gutiérrez Conde en su libro Liderazgo por impulsión razona que “sentirse liderado significa percibir proximidad, confianza, orientación en el rumbo, colaboración, inclinación a prestar ayuda y consejo, gestión del fracaso, madurez e inteligencia ante el error, rigor y disciplina, respeto, reconocimiento, etc.”

En el curso de la campaña electoral, Abel no sólo describe el panorama que vive su pueblo, sino que también, es capaz de exponer las medidas que tomará para reducir la pobreza, la marginalidad, la exclusión, en definitiva, para mejorar el nivel de vida de los dominicanos.

La campaña electoral es un proceso persuasivo que utiliza para compartir con las personas, su visión sobre la Política, la Economía, la Sociedad, la Historia y la Institucionalidad del Estado, los valores éticos y morales.

Dentro del activo de liderazgo joven, Abel es el que tiene un pensamiento mejor estructurado sobre el Estado Social y Democrático de Derechos. Un elemento interesante es que parte de su visión fue estructurada en el curso de su trayectoria como legislador en que fue parte activo en la producción de las leyes elementales para el desarrollo institucional, sociocultural y económico de la República Dominicana.

Abel ha sido parte activa en la construcción del desarrollo y entiende los grandes retos y desafíos que tiene el pueblo dominicano en el corto, mediano y largo plazo. Describe la realidad cruda del estado de pobreza en que vive una parte importante de la población dominicana, pero al mismo tiempo, despierta sueños y construye esperanzas de que si aunamos esfuerzos es posible alcanzar un porvenir mejor.

Abel sueña con una República Dominicana grande, productiva y progresista. Mario Alonso Puig en su libro Madera de Líder razona que “una visión no es un concepto ni tan siquiera un deseo. Es un sueño, una vivencia que nos atrae y que nos ayuda a dar lo mejor que hay en nosotros. Una visión es lo que permite que gente común consiga un resultado extraordinario.”

Los temas más complejos de la Economía y la Política son expuestos por el candidato Abel Martínez de forma sencilla, simple, clara y frontal, sin desnaturalizar la esencia de estas disciplinas sociales. El hecho de haber sido un gerente eficaz en el Ministerio Público, el parlamento y la alcaldía, le permite con facilidad y con credibilidad dibujar el estado social que aspira a construir.

Abel en el curso de la campaña electoral demuestra que es bueno dibujando y pintando el futuro deseado. Presenta el futuro en imágenes de una forma clara que permite las personas viajar en el tiempo. Sus diálogos con los jóvenes de las provincias pintan ese mapa de futuro que todos en conjunto debemos hacer realidad.

Antonio Valls en su libro Cómo disponer de más tiempo razona que “cuanto más intensa y pormenorizada sea mi imagen mental, más fácil será alcanzar el objetivo. Sin darnos cuenta, hacemos esto constantemente para crear lo que deseamos. Pero si utilizamos deliberadamente esta capacidad de crear con la imaginación, aceleramos el proceso de lograr las cosas.”   

Abel se irá creciendo en la medida en que avance la campaña electoral, porque está enfocado en exponer su visión de futuro, llevando a los votantes a la imaginación para que entren en acción. Tiene esa cualidad definida por Warren Bennis como “la capacidad de trasladar la visión a la realidad”.

En su discurso Abel dedica más del 80 por ciento del contenido a dibujar el futuro. Es diferente a otros políticos que viven atrapados en el pasado. En ese orden de ideas, Stephen R. Covey reflexiona que “el recuerdo es pasado. Es finito. La visión es futuro. Es infinita. La visión es más grande que la historia, más grande que nuestro bagaje, más grande que las cicatrices emocionales del pasado”.