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El discurso de la transparencia en estos tiempos está de moda. Los liderazgos que no han pasado por la Administración Pública lo utilizan hasta con sentido demagógico. Crean expectativas de que serán los más transparentes del universo, pero cuando llegan al poder y chocan con la cultura del privilegio, entonces sus predicas perecen.

Rara vez, la democracia cuenta con candidatos que con los hechos demuestran la transparencia, y en la perspectiva elecciones presidenciales 2024, la República Dominicana tiene una de esas excepciones.

Abel Martínez Durán, exprocurador fiscal de Santiago, ex presidente de la Cámara de Diputados, actual alcalde de Santiago y candidato presidencial del PLD para elecciones 2024, tiene una trayectoria de servidor público regido por la ética, pulcritud, decencia, honestidad y transparencia.

El liderazgo transparente hace que algunas gentes se les alejen, pero atrae a lo mejor, a lo más sano útil de la sociedad en estos tiempos de desencantos y desafección política. Abel Martínez es consciente, como señala David Niu: “Los líderes y gerentes que ofrezcan transparencia se ganarán el respeto y la devoción de su equipo”.

Habrá candidatos que sacarán de su vocabulario la palabra transparencia en la campaña electoral 2024, porque sus conductas de gobiernos contrastan con las prédicas utilizaron para buscar votos y llegar al poder.

La voluntad y conducta de transparentar el gasto público en la alcaldía de Santiago constituye una buena carta de presentación frente a la ciudadanía en la ruta hacia la consulta electoral 2024. La de Abel, es sin quizás, la más transparente gestión ha tenido la gobernanza municipal de Santiago.

Es importante acotar que la conducta transparente de Abel Martínez no es por el simple motivo de que aspira a la presidencia de la República y espera sacar ventaja de posicionamiento con ese perfil.

Abel Martínez es transparente, honesto y correcto porque esa es su idiosincrasia y su filosofía de crianza y vida. Fue criado y educado con valores de transparencia y honestidad. Valores que acató y agradece a sus progenitores por educarlo y criarlo sobre esos esquemas.

La transparencia es una filosofía que trazó las pautas elementales de la gestión de Abel Martínez en el Ministerio Público, Congreso Nacional y Alcaldía de Santiago. Promete será igual desde la presidencia de la República.

A juicio de Abel Martínez, la transparencia juega un rol importante en el combate a la pobreza, porque el buen uso de los recursos ayuda a destinar los fondos necesarios a la inversión social y productiva.

Abel Martínez aboga por una gestión pública y privada en transparencia, por una filosofía de vida transparente. Lamenta que en República Dominicana haya una justicia que solo juzga por falta de transparencia a funcionarios de gobiernos de partidos opositores dejando por la libre a los que gobiernan.

La justicia no debe ser excluyente. La transparencia debe ser la práctica de todos, y quien se salga de la misma debe asumir y pagar las consecuencias que establecen las leyes sin importar el color de su partido ni su estatus social.

Un porcentaje importante de la población dominicana considera que en el país solo hay justicia para los pobres. Los ejemplos sobran. Esa práctica está generando decepción y desencanto social. Abel promete dar ejemplo de lo que significa administrar bien cada centavo del erario sin que existan altares intocables ni vacas sagradas.

John Baldoni en su texto Sé un líder modelo plantea que “distanciarse de la acción es un fracaso del liderazgo que abre la puerta a la negligencia y, en última instancia, a la falta de responsabilidad. El liderazgo no es un derecho; es un privilegio concebido por aquellos que siguen a los que están al mando. En última instancia se gana, así que cuando los líderes, ya sean corporativos o políticos, intenten eximirse de la cadena de responsabilidad, deberían perder el derecho a la autoridad también. Hay demasiado en juego como para que pase otra cosa.”

Abel Martínez promete que de llegar a la Presidencia de la República el 16 de agosto 2024, la primera medida que tomará es disciplinar el gasto. Está consciente de que esa conducta incrementa confianza y credibilidad trae inversión y nuevos empleos.

Promete rediseñar la educación para retomar la enseñanza en valores, algo que se ha perdido en las últimas décadas en la República Dominicana. Aunque, es consciente, y se pone como ejemplo, que la mejor cátedra de honestidad y transparencia es la que se predica con el ejemplo.

En su misión de disciplinar el gasto público en la alcaldía de Santiago, Abel ha sido valiente. Quien comete la falta recibe la sanción que en algunos casos incluye despido y sometimiento a la justicia. Es consciente de que ni el amiguismo, compañerismo, ni lo familiar son motivos para colocarse al margen de las leyes y principios de la transparencia que se establecen en las instituciones.

Abel es un liderazgo que en su misión de gerente conjuga amabilidad con valentía. Es amable puesto que muestra gran respeto y veneración por las personas, por sus opiniones, sus sentimientos, sus experiencias y convicciones. Es valiente en el sentido de que está siempre presto a expresar sus propias convicciones, pero sin imponerlas. Procura siempre que las decisiones estén avaladas en la razón, en lo conveniente, en lo posible, en lo útil y necesario.

Una poderosa fortaleza de Abel Martínez el líder y gerente, es su buena imagen. Está consciente de lo importante que es mantener esa reputación, ya que al pueblo dominicano se lo agotó la paciencia y no tolera otro engaño, otra decepción, otra farsa como el cambio que le vendieron en la campaña electoral 2020 los que hoy gobiernan.